3. dic., 2021
Condicionada por la responsabilidad
La responsabilidad ha sido uno de los factores esenciales en los que he intentado (y he debido) cimentar mi visión en torno a la ciencia. Numerosos años de oficio en el periodismo, sin una especialización exclusiva, pero con una mirada enfocada numerosas veces a temas de salud y ciencia, me han llevado a ello. Sea mi visión personal favorable, confiada o desencantada (o todas a la vez: creo que es posible aunarlas) opino que el principio fundamental que ha de primar en nuestra actividad es la responsabilidad. En nuestra profesión los mecanismos de comunicación han de ser claros, la fuentes deben tener una fiabilidad constatada, y no debemos olvidar nunca que hemos de llegar a los receptores: constituyen nuestro principal motivo de existencia. Cada uno de ellos conforma un argumento de envergadura para actuar con la mayor responsabilidad posible.
Obviamente, la visión favorable en torno a la ciencia es imprescindible en nuestro ámbito de actuación. Las grandes cuestiones que se formulan sobre qué es ciencia son fundamentales, han de servirnos para tener una mirada entrenada y crítica al tratar los temas de índole científica, pero hemos de confiar (relativamente, por lo menos) en los grandes ámbitos científicos que nos rodean y los investigadores que trabajan en los mismos: universidades, centros de investigación, laboratorios... De no ser así, nuestro día a día sería inviable. Para poder tratar temas de ciencia con propiedad, con garantías, la relación con ellos ha de ser fluida; estamos condenados a entendernos. Por lo tanto, una visión favorable y confiada (matizando, siempre hay que matizar en periodismo) con esos espacios del conocimiento es de capital importancia. Y reitero: nuestra actividad habitual, en su vorágine, no da lugar a mayores cuestionamientos. De todas formas, las cuestiones que se proponen en esta asignatura, barruntadas previamente de una manera intuitiva en el quehacer profesional en numerosas ocasiones, tienen una importancia de primer orden.
El desencanto y la desconfianza son también disposiciones importantes, entendibles, incluso recomendables en nuestro ámbito de actuación. La 'buena fama' de la ciencia no puede ser obstáculo, por ejemplo, para intentar identificar los cuestionamientos que surgen de su actividad; hemos de ser cautos y críticos ante la arrogancia que muestran muchas veces los estamentos científicos y hemos de indagar y profundizar en las grandes cuestiones éticas que surgen de la actividad científica y su desarrollo. Obviamente, hemos de evitar que el fomento de esa visión desconfiada, crítica, sea vía de entrada de perspectivas que para nada están fundamentadas en el método científico, y que dan por buenas constataciones sin fundamento alguno. Aparece, de nuevo, la responsabilidad.
En ese sentido, tener una cultura científica sólida es de vital importancia. Según lo entiendo, no consiste en tener unos conocimientos científicos vastos (sin una base de estudios previos es imposible adquirirlos), si no que sobre todo radica en comprender cómo funciona la actividad científica. Hemos de entender (y explicar a nuestros receptores), por ejemplo, la necesidad de justificación que subyace en el método científico, su carácter auto-regulado, y la manera siempre inacabada en la que va avanzando el conocimiento.
La pandemia en la que estamos inmersos desde inicios de 2020 ha sido un gran reto y nos ha llevado a reflexionar sobre estos temas con mayor interés. Entre los numerosísimos artículos que hemos tenido que redactar en torno a esta crisis sanitaria, destacaría, por la implicación personal que tuve, y por la repercusión que pudimos constatar que tuvieron, la serie de entrevistas que propusimos en el diario BERRIA hace justo un año para intentar ahondar en diferentes aspectos de la pandemia: 'Pandemiaren tolesturetan'. Uno de los entrevistados fue Juan Ignacio Perez Iglesias, presidente de Jakiunde, y expuso con claridad muchas de las ideas que he intentado exponer en estas líneas. Recordar esas palabras me parece una buena manera de terminar esta primera entrada.