3. dic., 2021
Parte de algo más grande
La final de la Superbowl es un acontecimiento importante de la cultura estadounidense, y la retransmisión televisiva aúna a una gran parte de la ciudadanía, creando seguramente un clima incomparable de pertenencia y de vivencias compartidas. Hemos podido ver en esta lección que el interés común es un factor esencial al tejer las redes sociales, y en este caso seguramente un amplio espectro de la sociedad (a nivel global) sintió que podía hacer suyos los sentimientos de pertenencia y vivencias compartidas ligados al evento deportivo (y social) en cuestión.
En una sociedad cada vez más fragmentada en torno a intereses y aficiones, este tipo de sentimientos (y emociones) comunes no son tan habituales, y es comprensible que a ese reto se sumara mucha gente. Les dio la oportunidad de sentirse parte de algo más grande. Se juntan además un evento televisivo que todavía goza de gran popularidad y unas redes sociales muy activas, efervescentes, deseosas de novedades y propuestas innovadoras.
Los sentimientos comunes a los que me refiero son además, en este caso, lúdicos, vinculados al entretenimiento, la diversión, y una manera de ver la vida. A ellos pueden adscribirse muchas personas, incluso de características muy diferentes. Como avanzaba previamente, creo que puede ser uno de los factores de éxito del reto.
El contexto temporal aúna, como he podido adelantar antes, el evento de un medio de comunicación de masas, en un ambiente de redes sociales en apogeo. Y ante unos espectadores ya acostumbrados a tener espacios en los que no son meros convidados de piedra, y en los que pueden, y anhelan, ser protagonistas: participar activamente. Y aunque esté evidenciado que los participantes activos en las redes sociales no son más que un 5%, no podemos olvidar a todos esos millones de usuarios que están alentando a esos miembros más activos con una actividad frenética, llena, en el mejor de los casos, de 'likes' y corazones de todo tipo. De esa manera, impulsan, aún más, los deseos de protagonismo de los más activos.
Recapitulando, al intentar comprender el éxito de este reto se aúnan dos cuestiones estrechamente vinculadas, dos maneras de entender la comunicación, y no se pueden desgajar. Por una parte, las redes sociales dieron la oportunidad de participar activamente en el reto, pero el llamamiento tuvo tanto éxito justamente porque llegó de un medio de comunicación que llega a mucha gente, y de diferentes características. También hay otro aspecto a realzar: como apuntaba antes, en el reto participaron personas que seguramente no coincidían en las redes sociales (muy fragmentadas en torno al gusto y las tendencias de cada uno), pero que sintieron que al estar compartiendo un acontecimiento de tal magnitud, pudieron formar parte de algo que trasciende de sus mundos habituales.
Parece imposible que un reto de ese tipo se adscriba a una única red social. Las redes son parte de una red cada vez más amplia, y se retroalimentan mutuamente. Por lo tanto, la presencia de un reto de esta dimensión (y de intereses y vivencias compartidas por tantísima gente) en diferentes redes sociales es totalmente comprensible, según mi punto de vista.